Mensajes de diversas orígenes
martes, 9 de septiembre de 2025
Estad en el Amor del Padre Celestial
Mensaje de San Gabriel, El Arcángel y Nuestro Señor Jesucristo a Myriam Corsini en Carbonia, Cerdeña, Italia el 15 de enero de 2003

Soy Gabriel.
Soy el soldado de Jesús, aquel que debe llevar a cabo la tarea encomendada por Cristo Señor.
En Su Inmaculado Corazón se soldarán los anillos que unirán con Su amor. La jarra está llena y rebosará en la fuente de Su amor.
Seréis recompensados por vuestro amor. Un poco más, y el Espíritu del Señor Dios descenderá sobre vosotros quienes sois Sus siervas. La jarra está llena, el Señor está cerca de regresar a la Tierra.

Mi mesa está lista, el banquete será maravilloso para vosotros. Estad siempre en el amor divino del Padre Celestial. Él que creó, Él quien por Su Hijo Jesús Cristo os dio vida eterna, esa vida que Adán y Eva perdieron.
Queridas siervas, el camino que debéis recorrer será más ligero en Mis manos: llegará al Cielo con todos Mis amados hijos y habrá una gran celebración en el Cielo, todos serán recompensados y habrá inmensa alegría y todos disfrutarán de las bellezas celestiales. ¡El Señor es nuestro Dios! Él es quien lo gestiona todo con amor. Sed como las estrellas en la firmamento, rectas y brillantes en el amor del Padre Todopoderoso, y seréis recompensadas con todo.
Estáis en esta Tierra de dolor, pero todo terminará con el regreso de Jesús; aquel que ha reinado en el mal acabará en las profundidades de la Tierra, nunca más despertando. Nunca más habrá sufrimiento, nunca más habrá desastre, sino paz y amor para siempre.
Ten fe, como vuestro Jesucristo os pide. Sed como flores, puras, claras y transparentes, como agua de manantial; como el sol, seréis amorosas, y como el sol, seréis caritativas. Amaréis con infinito amor y transmitiréis calidez e infinito amor a todos aquellos que se acerquen a vosotras. Todos verán en vosotros la transparencia del amor por Cristo Jesús.
¡Como os será dado amor, también os será dada caridad! Mantened siempre encendida la antorcha, esa del Inmaculado Corazón de Jesús, el Rey de reyes, y daréis una pradera florida a vuestros hijos que os aman con sincero amor. Una flor para todos vosotros quienes aún estáis en la tribulación del pecado.
En este pergamino os escribo:
“Estad en el Amor del Padre Celestial,
Os amo infinitamente.
Pronto Me sentiréis en vuestro corazón
y estaréis unidos conmigo en el Espíritu Santo.
Caridad y amor estarán con vosotros.”
ciao, Gabriel.
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